5.1.08

pesadilla de 31 por la madrugada

Los sueños que atormentan a las almas solitarias
son como hojas marchitas que esperan desprenderse de su árbol
el amor no correspondido, la hoguera sin fuego
aquel viejo perro San Bernardo.
La señal de los amigos que nunca volví a ver,
vuelven en sueños a decirme que ya no los busque...
y la pequeña asustadiza me cuenta:
la musa de mis poemas más tristes, tiene marido.